Estamos en
el año 2013 después de Jesucristo. Toda la Hispania está ocupada por el binomio
Barça –Madrid… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles hispalenses
resiste todavía y siempre a la invasión
de federaciones o prensa que intentan conseguir que seamos blancos o seamos
azulgranas. Mientras algunos intentan conquistar Híspalis, béticos y sevillistas intentan año tras año erigirse
como los jefes de su aldea.
Todavía
queda, pero con permiso de los compromisos de la selección española, ya somos
pocos los que no estamos pensando en coger nuestra bufanda y dirigirnos a vivir
el mejor derbi de España. ¿El mejor? Sí, el mejor porque…
Aunque pueda
haber derbis con más calidad sobre el terreno de juego, como puede ser el
Atlético de Madrid – Real Madrid, no existe una ciudad que se vuelque tanto
durante todo el año por este partido. Además, en el caso de Real Madrid o
Barcelona es sabido su preferencia a ganarse entre ellos que a sus rivales
locales.
Sevilla es una
ciudad muy pasional. Aún se recuerda los casos de Antonio Puerta y Miki Roqué y
la unión de ambas aficiones por tales desgraciados sucesos. Año tras año se
rinde culto a los futbolistas y domingo tras domingo se corea el nombre de
ellos en los estadios que los vieron triunfar.
Atrás quedaron
los desagradables sucesos ocurridos en derbis anteriores como el botellazo a
Juande Ramos, la agresión con muleta a un segurata o los bengaleos. Todavía
quedan los dos impresentables de siempre, pero parece que a raíz de la ya
mencionada muerte de Antonio Puerta, algo se apoderó dentro del corazón de los
fieles seguidores de Sevilla y Betis y ya se vive todo de otra manera.
Se vive con
mucho arte. Es el tópico con el que se vende siempre en la prensa el derbi,
pero tampoco les falta razón. Son usuales los chistes, bromas o montajes que
circulan por las redes sociales entre las aficiones y por supuesto el
espectáculo que se vive en el campo, con personajes de tal índole como la
abuela del Betis.
Desde fuera
se mira con mucha atención. Betis y Sevilla son dos clubes que venden mucho
fuera de su tierra. Mismamente en Cataluña viven y trabajan muchísimos
andaluces que no olvidan los colores de su equipo. Las televisiones son
conscientes de ello y tanto Betis como Sevilla se retransmiten con mucha
asiduidad. El ejemplo más claro es que al menos a uno de los dos clubes son
ofrecidos en las pantallas cuando juegan la Europa League.
Dejan
huella. Raro es el ex jugador o ex entrenador que haya trabajado en alguno de
los dos clubes y que no declaren durante la semana del derbi su apoyo a su
anterior club. El año pasado, tras la derrota del Betis por 5 a 1 en el Ramón
Sánchez Pizjuán, el conjunto de La Palmera recibía al Mallorca de Joaquín
Caparrós. El utrerano no dudó en mostrar la palma de su mano abierta recordando
a la parroquia verdiblanca la humillación que había sufrido la semana anterior.
No hay
favoritos. Esta afirmación es tan sencilla como que los jugadores saltan al
campo supermotivados y tan solo pequeños detalles deciden un choque que puede
dar mil vueltas. El último derbi en el minuto 42 se decantaba a favor del Sevilla
por 0-3. En el minuto 88, el Betis empata el partido tras una extraordinaria 2ª
parte.
Con 6 años o
con 100, un derbi te pone el corazón acelerado y te hace olvidar todos los
problemas que sufras en tu vida diaria. Disfrutarlo es lo importante, y si el
resultado es desastroso para tu equipo, sentirte orgullo de tener el mejor derbi de
España.
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