La FIFA, con Joseph Blatter al frente, ha alargado el
periodo de votación para el Balón de Oro hasta el día 29 de Noviembre. Muchas
voces del mundo del fútbol ven en esto una jugada de ajedrez con el objetivo de
que sea Cristiano Ronaldo el jugador que levante el trofeo dorado. Sin embargo,
hasta hace bien poco era el francés Ribéry el que figuraba como favorito en
todas las quinielas. Ahora bien, llegados a este punto me pregunto de qué sirven
todas estas conjeturas.
Al balón de oro le quedan pocos quilates de credibilidad. ¿Qué
credibilidad se le puede dar a un trofeo individual que no han ganado jugadores
como Ronaldo Nazario, Raúl, Xavi o Iniesta? Este galardón ya está muerto y
Cristiano Ronaldo así lo sabe. Por eso, muchos esperan que sea el portugués el
ganador del trofeo y que no se presente a la gala de entrega tal y como se
comenta en los mentideros del fútbol. En cambio, yo le diría al señor Blatter
que cogiera el balón de oro y lo fundiera para poner en letras doradas lo
incompetente que ha resultado su gestión a lo largo de los años que lleva al
frente del máximo organismo futbolístico internacional. Si esto no fuera
posible, le invitaría a que se lo entregara a cualquiera de sus compatriotas,
esos que han celebrado la clasificación al mundial como si hubiesen ganado la
Champions League.
Si de verdad hubiera un título que objetivamente designara
al mejor jugador del mundo, ese sería Cristiano Ronaldo. Mientras tanto, ni
todos los balones de oro del mundo podrán eclipsar el brillo del astro
portugués.
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