El debate iniciado por José Mourinho, que alineó como
titular a Adán en La Rosaleda la anterior temporada, se prolonga hasta el presente.
Dos porteros, dos candidatos: Diego López e Iker Casillas. Un único
puesto.
Diego López se erige como héroe semana tras semana, a pesar
del escepticismo que rodeó su vuelta al Real Madrid. El rendimiento es el
baremo que debe delimitar y otorgar la titularidad. El futbolista que mayor
pico de forma posea, por el bien de la colectividad, partirá de inicio. En este
sentido, el portero gallego es una garantía. Además, el estado de motivación,
la confianza de Carlo Ancelotti y el
nivel de autoestima proyectan un escenario ventajoso para la titularidad de
Diego López.
Iker Casillas, el otro postor. Es el emblema del Real
Madrid. Casillas demostró en la Copa Confederaciones que no se encuentra al
nivel de antaño. La falta de continuidad y, sobre todo, de confianza suponen un
lastre en el fútbol, aún más en un puesto de tanta responsabilidad como es el
de portero. El silencio durante la “era Mou” y la incertidumbre sobre su futuro
jugaron en su contra. Ancelotti se pronunció. Dio la titularidad en Liga a
Diego López. Fue tajante.
El deporte es competición. La especulación no tiene cabida.
Cualquier tropiezo, por insignificante que parezca, puede costar el campeonato.
No valen pretextos. Jugar con lo mejor es la premisa. Y Diego López, hasta el
momento, es el elegido.
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